Si está pensando en comprar una batería de litio hierro fosfato para sus necesidades de almacenamiento de energía doméstica, debe tener en cuenta muchos factores. Estos factores incluyen el coste, la seguridad, el impacto ambiental y el ciclo de vida. Lea este artículo para saber más. Estas son algunas de las ventajas de las baterías de litio hierro fosfato.
El ciclo vital
El ciclo de vida de una batería de litio hierro fosfato para uso energético doméstico es relativamente corto, ya que sólo realiza unos 300 ciclos al año. También da buenos resultados cuando se combina con fuentes de energía renovables, como paneles solares o turbinas eólicas. Las baterías suelen desconectarse de la red al cabo de 10 o 20 años, según el modelo, y luego se reciclan o desmontan. Sin embargo, es importante señalar que el impacto del proceso de reciclado no se incluye en la evaluación del ciclo de vida de las pilas.
Las baterías de litio y fosfato de hierro tienen un alto índice de descarga y son muy duraderas. Esto significa que puede manejar varios dispositivos al mismo tiempo. La batería también es fácil de sustituir y requiere poco mantenimiento. Su longevidad depende del número de ciclos de carga que puedan soportar con una buena profundidad de carga.
Hay varios factores a tener en cuenta en el ciclo de vida de una batería de litio hierro fosfato para energía doméstica. Esto incluye la sustitución de los componentes de la batería, la pérdida de potencia durante la carga/descarga y las fases de manipulación y uso de la EoL.
Impacto en el medio ambiente
La huella medioambiental de las baterías de litio-hierro-fosfato (LiFePO4) para el almacenamiento de energía doméstica puede medirse de varias maneras. Lo más importante es la contribución de la fase de uso al cambio climático. Dado que la fase de uso es la única entrada en el ciclo de vida de la LIB, es la que más contribuye al cambio climático. La fuente más importante de emisiones en esta fase es la electricidad, que se ve afectada por las condiciones locales. La disminución de este factor debería reducir el impacto del cambio climático.
El impacto medioambiental de una pila depende del tiempo que se utilice. Cuanto menor sea la duración de la batería, mayor será la demanda de energía no renovable y mayores las emisiones de gases de efecto invernadero. La mayor duración de las baterías reduce el impacto ambiental, ya que disminuye la demanda total de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero en un 6% y un 7%, respectivamente. Por tanto, las baterías de litio-hierro-fosfato son una opción eficaz para almacenar energía en casa.
El impacto medioambiental de las pilas de litio hierro fosfato: Las pilas de litio hierro fosfato liberan mucha energía al aire cuando se queman. Esto podría provocar un incendio o una explosión. Las baterías también pueden emitir gases como hidrógeno, dióxido de carbono, metano y cianuro. Por último, las baterías están situadas en llanuras aluviales donde las fuertes lluvias podrían provocar su inundación.
Seguridad
Las baterías LiFePO4 son muy estables y tienen una larga vida útil. No son tan volátiles como las pilas NMC y se encienden casi inmediatamente después de la carga. La elección de baterías para el mercado de almacenamiento de energía doméstica debe tener en cuenta tanto la seguridad como el rendimiento. En Estados Unidos, LG Chem y Tesla dominan el mercado de las baterías domésticas. Estas empresas utilizan en sus baterías una sustancia química denominada óxido de litio, níquel, manganeso y cobalto (Li-NMC). Pero esta sustancia química se ha relacionado con muchos problemas de seguridad, como explosiones e incendios.
El fosfato de litio y hierro tiene una excelente estabilidad química y térmica. Se mantiene fresco incluso con mucho calor. También es incombustible, lo que significa que no experimentará desbocamiento térmico. Es decir, aunque se sobrecargue o sobrecaliente, el cátodo de la pila no arderá ni explotará. En el lado negativo, las baterías de iones de litio producen una alta densidad de energía, lo que puede provocar sobrecargas y sobrecalentamientos.
Aunque la densidad celular de las baterías de litio-hierro-fosfato es inferior a la de las baterías de iones de litio, la estabilidad es significativamente mayor. Por lo tanto, pueden soportar tensiones más altas sin sobrecalentarse.